jueves, 23 de abril de 2009

Locus Amoenus




Busco un rincón lejos del mundo y su ruido. Un rincón donde ablandarme, mullirme, hacerme dúctil. Para que los golpes y caídas no me hagan daño ni me dejen huella.

5 comentarios:

EL INSPIRADO dijo...

Hace tres treintaiunos de octubre, una gitana me cantó ésto sobre un cajón, al calor de una hoguera donde se quemaba algo más que madera:

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.

Bienvenido sea el color entre trazos

Mely dijo...

Hola...tanto tiempo...como estas?...retome el blog despues de varios meses..me senti identificada con estas dos ultimas entradas... el buscarse cada uno su propio lugar..lejos de todo...creo que a veces es escencial..te dejo saludos..y si queres pasate por el mio...besos

Anónimo dijo...

Querida mítica
Todos buscamos ese rincón alguna o muchas veces.
¿En qué vida no hay golpes y caidas?
Ese rincón está dentro de nosotros mismos. En él buscamos asumir el golpe para que el sufrimiento no nos estanque en la amargura y nos permita crecer. Un abrazo, YC

Germán A. Serain dijo...

Me trajo hasta aquí la curiosidad del ver quién era la persona que había dejado un comentario en mi blog... Ví, miré, leí, observé... Y me detuve aquí, como podría haberme detenido en cualquier otra de las entradas (pero fue aquí, y no en otra cualquiera...).

Será acaso que también yo, y acaso todos estemos haciendo lo propio, estoy buscando ese rincón. Será acaso que lo estoy necesitando con urgencia. Aunque me temo que los golpes y las caídas siempre dejan huella, como todo lo que nos pasa.

Algunos piensan, o acaso sienten, que el sufrimiento es algo más entre las muchas cosas que pueden llegar a hacerlos sentir vivos. No sufre una piedra, y en ese sentido la capacidad del sufrimiento sería no una condena, sino un don.

Yo no estoy tan seguro. Porque aunque es claro que en el sufrimiento nadie puede dudar de su propia humanidad, hay que saber manejar ese sufrimiento para que no nos supere, para que no nos lastime demasiado.

Yo todavía no he aprendido. Será por eso, acaso, que me detuve en esa anotación, y no en cualquier otra, porque tu luna, la del dibujo, esa que promete estar lejos del mundo y su ruido, me resulta particularmente hoy tan prometedora.

Saludos.

Mitica Rojo dijo...

El sufrimiento nos hace sentir vivos por el dolor, pero el sufrimiento con sentido nos puede hacer también muy felices, por eso estoy de acuerdo con que el sufrimiento hay que manejarlo, dándole un sentido.
Las personas hipersensibles como yo, sufrimos mucho pero también disfrutamos mucho y quizá el centrarnos en el día a día sea una de nuestras salvaciones. Ahora disfruto como nadie, ahora sufro como nadie. Pero lo que tenemos que tener claro es que tenemos que dar gracias por lo buenos y por los malos momentos que nos hacen crecer. Yo estoy pasando ahora un mal trago y me siento sorprendentemente acariciada y FELIZ, aunque por supuesto hubiera preferido no pasarlo y mullirme en mi luna.
Este dibujo lo hice en un momento de estrés profesional.